26 jun 2009

FÉNIX OCHO




No llego.

Y si no rozo la casa de sus padres,
no puedo adivinarla.
Y ya se apaga la luz de la ventana.

Soy esa lluvia
encima de tu casa.

Soy la lluvia esa
para quitar de todas tus raíces
la quemada luz de los relámpagos.

Pero dame un cristal vacío
y toca mi planeta en tu ventana
como turbia gota espesa.

No es la muerte quien invita,
es la nueva catedral de tus deseos
precipitando un sueño nuevo.

Cae lluvia
sobre las piedras de tu calle
y sube al aire este pedido.

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