Me equivoqué de corazón
temblando de mis días su perfume.
Pero debes saber que en la esquina de tu casa
se desatan manos que no sabes encontrar.
Te confundes. Me confundes.
Se fue de mis días alzando su lámpara sin luz.
Me equivoqué de ese perfume.
Respiro intensamente los pasos que se van
y suenan como tardes.
Negras son las garras del ocaso
que tristes pájaros perdieron
cuando se fue de nuestros días el perfume.
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